Otro escenario vergonzoso para Berni: lo reciben a los piedrazos

Sergio Berni fue evacuado por la Policía de la Ciudad (Foto: Luciano González)

El ministro de Seguridad bonaerense fue golpeado por los choferes de la línea 620, quienes estaban realizando una protesta por la inseguridad dentro de los colectivos y los sucesivos asesinatos por robo que ocurren mientras trabajan.

Esta madrugada, Daniel Barrientos, chofer de la línea 620, fue asesinado a sangre fría en Virrey del Pino cuando un policía se tiroteó con un grupo de delincuentes que había subido a su colectivo para asaltarlo.

“Era un chofer excelente. Siempre esperaba a la gente que venía corriendo para subir el colectivo y a los que no tenían la SUBE los llevaba igual”

Quienes exigen seguridad, son los trabajadores que están cansados de comenzar la jornada con noticias aterradoras de compañeros asesinados, sometidos de manera frecuente a ataques violentos y robos. En el lamentable caso de Daniel, aún no fue confirmado de donde provino el disparo, lo cual despierta una nueva preocupación: ni la propia policía cuenta con el accionar adecuado frente a estas situaciones.

Durante el ataque por parte de los compañeros de la línea de colectivos, Berni recibió patadas, golpes de puño y piedrazos tan solo minutos después de llegar a la intersección de Ruta 3 y General Paz, mientras que el Personal de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires realizó un cordón contra un paredón para proteger al ministro bonaerense, acción que no modificó en absoluto la golpiza.

“Es lógico esto, hay un compañero muerto, ¿por qué no vinieron antes?”

Vociferó uno de los protestantes cara a cara con Berni.

Si bien el ministro aparentaba estar al borde de desmayarse, insistió en querer conversar con los manifestantes y no accedió a la propuesta de evacuar. De esta manera, a las 12:20, el personal de Infantería de la Policía de la Ciudad arrastró por la fuerza a Berni y lo evacuó del lugar, forcejeo en el cual el funcionario termina en el piso

Berni terminó con heridas importantes en su rostro e incluso hubo momentos en los que parecía que podía perder el equilibrio como consecuencia de la golpiza. Ni siquiera quienes lo acompañaban podían protegerlo de las agresiones.

Así, se confirma una vez más que si no existe resguardo para el propio Ministro que se ocupa de la planificación de las políticas nacionales de seguridad interior y de la gestión y coordinación de las fuerzas federales, no va a encontrarse garantizada la seguridad para ninguna otra persona.