Habilitaron el cuartel de bomberos de Ranelagh

Después de tres años de trabajo, el pasado miércoles el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires habilitó definitivamente el cuartel de bomberos voluntarios de Ranelagh con el número 282.

Después de tres años de trabajo ininterrumpidos, los bomberos voluntarios de Ranelagh consiguieron la habilitación definitiva de su cuartel que se convirtió en el número 282 de la provincia de Buenos Aires.

La noticia llegó el miércoles 27 de noviembre mediante la resolución 2019-1499 del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires en la que se afirma que la propuesta es necesaria y pertinente.

Además, en el documento se deja en claro los límites de su jurisdicción: al norte, la Avenida 33 y la Avenida Eva Perón desde el Río de la Plata hasta Camino General Belgrano; al oeste, Camino General Belgrano desde la Avenida Eva Perón hasta la Avenida Nicolas Milazzo; al sur, la Avenida Nicolas Milazzo y la Avenida República Argentina desde Camino General Belgrano hasta el Río de la Plata y al este la ribera del Río de la Plata.

Walter Pereyra, jefe del destacamento, afirmó que la alegría «no se puede explicar. Fueron tres años de trabajo donde muchas personas estuvieron en contra pero muchas más nos acompañaron. Ahora tendremos que seguir trabajando igual y aún más».

El cuartel, ubicado en la calle 315 entre 364 y 365, está a cargo del propio Pereyra, de Walter Paini como segundo jefe y Damian De Fina como tercero. Además, el plantel del destacamento está integrado por casi 50 personas entre bomberos y aspirantes. Olga Castro, otra de las impulsoras del proyecto, es la presidenta de la comisión directiva.

Esta habilitación es un buen momento para recordar el trabajo que se lleva adelante desde hace años: cuando los integrantes del destacamento lograron la cesión en comodato del terreno en el que actualmente se encuentra el cuartel, el cual se encontraba abandonado, ya habían pasado por dos sociedades de fomento. A partir de ese momento, el equipamiento fue llegando de a poco en forma de donaciones, bonos contribución y ferias. Incluso el propio Pereyra tuvo que pedir un préstamo para comprar la autobomba que actualmente es parte de la dotación.