Aprobaron el desarrollo de un nuevo barrio privado cerca de las costas de Ezpeleta

En otro capítulo del inminente descuido de los humedales en Quilmes, nació la iniciativa, desde la misma constructora que dió origen al Nuevo Quilmes, de iniciar la construcción del «Nuevo Quilmes Dos» en una zona de 46 hectáreas, generando una nueva controversia ambiental y urbanística.

La aprobación de un nuevo proyecto inmobiliario cercano a los humedales de Quilmes ha suscitado debate y preocupación en la comunidad local. Se trata del proyecto «Nuevo Quilmes Dos», una iniciativa de la desarrolladora Deingra que ocupará un terreno de 46 hectáreas en Ezpeleta.

A pesar de las promesas de la desarrolladora de cumplir con las normativas vigentes y evitar riesgos de inundación, diversas voces críticas han expresado su preocupación respecto al impacto ambiental de este proyecto. Si bien se sostiene que no está directamente conectado con el río ni atravesado por el arroyo Jiménez, se espera que la obra genere un movimiento de suelos, lo que ha suscitado temores sobre potenciales efectos en el ecosistema local.

Este desarrollo contempla la construcción de 316 lotes unifamiliares y 6 macro lotes, con un elevado porcentaje de ventas ya concretadas incluso antes del inicio de las obras. Según la desarrolladora, las labores de movimiento de suelos están programadas para dar inicio en febrero próximo.

El emprendimiento se sitúa en las inmediaciones de la autopista La Plata-Buenos Aires, delimitando Quilmes con Berazategui, muy similar en ubicación al previamente construido «Nuevo Quilmes». Se ha indicado que el acceso al nuevo barrio privado contará con tres alternativas de ingreso, incluyendo un sistema de reconocimiento facial para propietarios y visitantes.

Este controvertido proyecto ha sido adquirido por Deingra a IRSA por una suma significativa, convirtiéndose así en socios para el desarrollo del «Nuevo Quilmes Dos». La adquisición de este enorme predio ha generado inquietudes y debates sobre la priorización del desarrollo urbano en áreas sensibles desde el punto de vista ambiental.

Entre las comodidades que se proyectan para el lugar, se destacan un «club de playa» con piscina de borde infinito, áreas de esparcimiento, canchas deportivas, espacios de coworking y gimnasio, entre otros.