Sueldos: La inquietud de empleados y empresarios

En un contexto de aislamiento obligatorio, actividades totalmente frenadas, persianas bajas y economía virtualmente paralizada, el pago de los salarios y el mantenimiento del empleo es la mayor preocupación. Para los trabajadores, que temen por sus ingresos, y para los empresarios, muchos de los cuales enfrentan el fin de mes sin operaciones y un abrupto freno en sus ingresos.

Este problema es generalizado y golpea especialmente a los sectores alcanzados por la cuarentena, tanto a grandes empresas como a pymes y pequeños comercios. Hotelería, talleres, servicios, restaurantes, gimnasios, bienes durables y comercios en general son algunos de los que hoy ven con preocupación el quiebre de la cadena de pagos y hacen cuentas para cumplir con sus obligaciones de marzo.

«El sueldo que se paga la próxima semana está ok y no va a haber ningún inconveniente porque los efectos de la crisis todavía no se hicieron sentir. El problema es si la cuarentena se extiende», afirman en una de las grandes firmas del país.

En las estaciones de Servicio por ejemplo, por el aislamiento obligatorio, las ventas de combustibles se desplomaron (hasta 75% en naftas, algo menos en gasoil) y los números del negocio empiezan a resentirse. «Si bien es positivo que se dé esa caída, porque la gente dejó de movilizarse, viene la otra parte que es mantener la actividad de las pymes y conservar las fuentes laborales», dice Gabriel Bornoroni, presidente Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina.

El empresario, también explica, que un 80% del gasto mensual de una estación de servicio corresponde a salarios de su personal.

El asunto vuelve aún más vulnerables a los comercios más chicos, con equipos más reducidos y menos espalda financiera. «Si esto sigue así, vamos a tener que tomar medidas», dice el dueño de un local de pastelería y café en Palermo. «Se habló de mantener solamente a las cabezas de cada equipo. A quienes están en período de prueba lamentablemente los vamos a tener que desvincular. Como vendemos mucho menos, posiblemente tengamos que recortar también el personal de producción», agrega.

Martín Castelli, presidente del Blue Star Grou (Isadora, TodoModa), ante esta situación que los llevó a cerrar todos los locales y mantener activa la venta online: «Con respecto a la situación salarial de nuestros colaboradores, estamos haciendo grandes esfuerzos para asegurar el pago completo del salario correspondiente a marzo. Con relación al mes de abril, estamos ensayando diferentes escenarios para responder de la mejor manera. Aún contamos con algo de tiempo para tomar estas definiciones», plantea.

Otras empresas más comprometidas ya comenzaron a tomar decisiones drásticas. La aerolínea Latam anunció que durante la pandemia reducirá en un 50% el sueldo de la mayoría de su personal, con el objetivo de mantener los puestos de trabajo. Las terminales automotrices, con un régimen especial vigente con los sindicatos, aplicaron suspensiones y cierres de plantas, con una asociada reducción salarial.

Gabriel Caamaño, director de la Consultora Ledesma denuncia: «El Gobierno tomó medidas para empleadas domésticas, el sector informal, pasivos y las escalas bajas del monotributo, pero aún no atendió a la cadena de pagos y no hizo nada para ayudar a soportar el impacto a los generadores de ingresos”.

Por otro lado en el Ejecutivo trabajan en un plan para que el sector privado -y también el público, con gobernadores e intendentes a la cabeza- logren hacer frente al pago de sueldos en medio de la pandemia.

La primera prevención que anunció el Gobierno llegó al comienzo de la crisis, pero aún no logró ser implementada. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, prometió lanzar créditos por $320.000 millones a tasa fija del 26% para capital de trabajo.

La idea es que todas las empresas accedan a esa línea con la sola presentación del formulario 931, la declaración jurada para ingresar los aportes y contribuciones con destino a los distintos subsistemas de la seguridad social. O sea, prestar dinero por lo que una empresa gasta mensualmente en pagar sueldos.