Acelera la devaluación y el Banco Central interrumpe la racha de compras de divisas

La tendencia alcista en la adquisición de divisas por parte del Banco Central de Argentina sufrió un quiebre, a la par que la aceleración de la devaluación del peso se hace más evidente en el mercado. Después de un período de continuas compras de reservas, la entidad monetaria experimentó una pausa en esta dinámica, mientras las empresas aumentan su demanda de dólares y el valor del peso sigue en descenso en el mercado mayorista.

Esta pausa en la racha de compras de reservas, que había persistido en 10 de las últimas 11 jornadas, ocurrió en el transcurso de este martes. El Banco Central aportó al mercado aproximadamente 21 millones de dólares netos, cifra cercana a la recomprada en la jornada anterior. Esta interrupción se vio influenciada por una disminución del 36% en las liquidaciones del dólar agro, pasando de 132.4 millones de dólares a 85 millones, en comparación con el día anterior.

La implementación del Programa de Incentivo Exportador (PIE) a finales de julio había reavivado la acumulación de reservas, aportando 1.830 millones de dólares al mercado oficial. Esta cifra representa un 92% del objetivo gubernamental de 2.000 millones de dólares. De este monto, el Banco Central logró retener aproximadamente 1.274 millones de dólares netos, gracias a recortes en la demanda paralela de divisas.

La noticia surge en un contexto donde la depreciación del peso se ha acelerado. El dólar mayorista experimentó un incremento de un peso, ubicándose en 284.20 pesos por unidad para la venta. Esto representa un avance de 4.85 pesos en los dos primeros días de la semana. El ritmo de deslizamiento del dólar mayorista, que se encuentra en un 11.6% mensual (inferior al 14.6% registrado el día anterior), ha superado notablemente la tasa cercana a la inflación que solía caracterizar los meses previos.

Este cambio en la velocidad de depreciación del dólar mayorista, que ahora se encuentra por encima de la tasa inflacionaria, coincide con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), señalando la necesidad de una mayor flexibilidad cambiaria. Estos eventos plantean interrogantes sobre el futuro de la economía argentina y la dirección de sus políticas monetarias en un contexto internacional de constante transformación económica.