Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) está trabajando en el desarrollo de envases inteligentes que pueden detectar alimentos en mal estado. Estos envases se crean utilizando granos de kéfir y extracto de yerba mate, lo que los hace biodegradables y amigables con el medio ambiente.
El proyecto busca abordar la necesidad de contar con envases que se degraden fácilmente y estén hechos con recursos renovables en un contexto de creciente preocupación por la contaminación plástica y el calentamiento global. Los investigadores del Laboratorio de Obtención, Modificación, Caracterización y Evaluación de Materiales de la UNQ se han centrado en la creación de un envase inteligente que pueda monitorear el estado de los alimentos y comunicar esa información al consumidor potencial.
El uso de granos de kéfir, un producto fermentado similar al yogur, fue elegido debido a que su producción no involucra procesos químicos y está hecho por hongos y bacterias. Por otro lado, la yerba mate se seleccionó por ser un recurso natural y por contener un compuesto llamado clorogénico, que cambia de color según el pH del alimento.
El proceso de creación de estos envases implica lavar los granos de kéfir con agua destilada y luego romperlos para exponer el azúcar que se encuentra en su interior. Este azúcar es utilizado para formar el material que constituirá el envase. Además, los gránulos se someten a tratamientos térmicos para eliminar enzimas y microorganismos no deseados. A continuación, se agrega glicerol, un compuesto que humedece y lubrica, para convertirlo en un tipo de plástico biodegradable hecho de recursos naturales en lugar de petróleo.
Simultáneamente, se extrae el extracto de yerba mate, que contiene antioxidantes, antimicrobianos y el compuesto clorogénico responsable de detectar el pH del alimento. Los investigadores mezclan yerba mate con agua y la calientan durante diferentes períodos de tiempo. Luego, añaden el extracto de yerba mate al plástico hecho con kéfir y calientan la mezcla para obtener una película delgada que servirá como material para el envasado de alimentos.
Actualmente, el equipo se encuentra en la etapa de caracterización del producto para evaluar si el extracto de yerba mate es un material viable para crear envases inteligentes que detecten el estado de los alimentos. Se están realizando pruebas para estudiar sus propiedades mecánicas, térmicas, fisicoquímicas y de permeabilidad.
Uno de los desafíos que enfrentan los investigadores es determinar si el envase cambiará de color o tendrá otro método de comunicación para indicar que el alimento está en mal estado. También están considerando la posibilidad de reforzar el plástico biodegradable con otros materiales en casos en los que el alimento libere mucha agua y pueda disolver el envase.
Aunque la investigación se encuentra en una etapa preliminar, los científicos tienen como objetivo llevar el proyecto a gran escala y que los envases inteligentes lleguen a la industria alimentaria y a los consumidores finales. Este avance en la tecnología de envasado podría brindar una mayor seguridad y prolongar la vida útil de los alimentos, al tiempo que reduce el impacto ambiental de los envases tradicionales.