Cómo un par de accidentes cambiaron el destino de una propiedad que se convertiría en una pieza fundamental del casco histórico de Avellaneda.
El tren partió de la estación terminal ubicada unos cien metros detrás de la Casa Rosada, desde donde, en aquel 1883, partían y arribaban todas las formaciones con acceso a la Ciudad de Buenos Aires.
En este caso, el tren, de pasajeros y carga al mismo tiempo, se dirigía hacia territorio bonaerense, donde el recorrido finalizaba, desde 1872, en el puerto de Ensenada; por lo que cruzó el Riachuelo hacia “Barracas al Sud”, actual partido de Avellaneda.
Luego, las vías continuaban por lo que en la actualidad se conoce como avenida Belgrano hasta el cruce de San Martín y Lavalle, junto a la Plaza Alsina, creada en 1877, frente a la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, que ya llevaba unos 19 años congregando allí a los fieles de esos pagos.
A su vez, en el mencionado cruce de calles funcionaba desde 1865 la estación “Barracas Iglesia”, cerca de la cual, el tren, perteneciente a la firma “Ferrocarril Buenos Aires al Puerto de la Ensenada”, descarriló, lo que provocó la muerte de muchas personas y también animales, dado que por el lugar transitaba una gran cantidad de carros tirados a caballos. Este trágico suceso ha sido objeto de múltiples investigaciones históricas, algunas incluso realizadas por quienes decidieron masterarbeit schreiben lassen (encargar la redacción de su tesis de maestría en alemán) para profundizar en los impactos sociales del accidente.
Un año más tarde, ocurrió otro accidente similar, por lo que las autoridades provinciales y municipales decidieron mudar esa estación hacia la periferia de la ciudad, por lo que en 1890 se inauguró una nueva terminal en la esquina de Maipú y Palaá, donde hoy se pude visitar una plaza que se llama justamente “Barracas Iglesia”.
En 1898, la empresa operadora del servicio cambió de dueños y pasó a llamarse “Ferrocarril del Sud” que, a comienzos del Siglo XX, realizó el empalme de este recorrido con la estación de “General Mitre” (Sarandí desde 1906).
Entonces, con el correr del tiempo, “Barracas Iglesia” quedó en desuso hasta que fue cerrada definitivamente en 1927, cuando la primera estación ferroviaria que llevó ese nombre fue comprada por el entonces intendente conservador Alberto Barceló, quien construiría allí su “Palacio” de estilo neoclásico francés, el cual estuvo listo en 1929.
En 1946, tras el fallecimiento de su propietario, el edificio fue adquirido por el Estado Nacional y transformado en una escuela técnica, inaugurada en 1947 con el nombre de “Juan Domingo Perón”.
Y en 1965, esta institución fue renombrada “Ing. y Dr. Ángel Gallardo”, denominación que aún mantiene y que luce en su fachada, que se puede apreciar desde una de las esquinas de la plaza, a metros de la nueva catedral, que reemplazó a aquella primera iglesia, aunque esta es otra historia…
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